Estábamos camino del Parque Nacional Cerro Corá son 50
kilometros entre Yby Yaú y Cerro Corá, muy impactantes, todo praderas,
palmeras, vacas, suaves colinas y unos ceporros de piedra que surgen de repente.
Vía whatsapp se presentó una buena oportunidad para hacer
algo de dinero y recuperar viejas sensaciones de reportero gráfico. Había que
grabar unos planos de una mezquita guapa para un programa de mezquitas en el
mundo.
Foz de Iguazú está situado en un sitio que llaman la triple
frontera. En ese punto confluyen Paraguay, Brasil y Argentina. Del lado
argentino están las famosas cataratas, del brasileño Foz que es una ciudad
bonita y ordenada y del lado paraguayo Ciudad del Este que es el caos en la
tierra. Yo creía que para ir a la frontera no hacía falta meterse por el
centro, pero la carretera te mete en todo el lío.
Cuando el primer tío se me colgó de la ventanilla gritándome
¡parking gratis si comprás electrónica! casi se me para el corazón, no le había
visto y lo oí antes de ver sus manos en mi ventanilla, y yo iba a 30 km/h ¡pero
cuando se ha subido este tío! Después uno en una moto iba a mi lado gritándome
lo mismo mientras esquivaba puestos, gente, gallinas, pequeñas camionetas de
pasajeros, el sitio es asombroso.
Luego llegamos a la frontera. Y era peor. Un carril en cada
sentido cruzando un puente sobre el río Paraná, cuatro filas de vehículos y mil
millones de mototaxis pasando en todas direcciones. Cuando alcanzamos el lado
brasileño ya sudaba por todos los poros y no por el calor. Al primer policía
que veo le pregunto - ¿Qué tengo que hacer? – seguir fue su respuesta. Ya estábamos
en Brasil, no teníamos sello de salida de Paraguay, ni la furgo documentada
legalmente ni nada. Pero todo se relajó y nos alegramos bastante de haber
superado la prueba.
La mezquita la encontramos enseguida. Y entramos para mirar
y hacerme una idea de que se podía grabar y que no. Nos trataron muy bien. Nos recibió una señora con hiyab y le dio el
correspondiente a Andrea para poder entrar, luego nos llevó al escritorio (oficina)
y pedí permiso para hacer el video. Todo bien podíamos hasta grabar el rezo del
viernes. Salí con tanta euforia de la oficina que me puse a trabajar de
inmediato. Y ahí empezó el desastre. Mi equipo es una cámara de fotos y mi
trípode es un palo de hierro al que le he puesto dos tornillos que enrosco en
la cámara. Cuando intentaba hacer una panorámica parecía que había un
terremoto. Todo se movía. Supuestamente el video tenía que ser cuidado y no
conseguía nada, fui a grabar fuera y había una obra que tenía levantada la
entrada, cada vez que quería hacer un plano de un feligrés entrando aparecía un
obrero con una carretilla. A todo esto la señora, que tenía un poco de barba, me
seguía por todas partes y cuando coincidían nuestras miradas me ofrecía una
sonrisa desdentada que me ponía todavía más nervioso. Al final nos fuimos a buscar sitio para
dormir. Cosa que no conseguí. No entiendo porque soy así, un agonías total.
Agonias: Capacidad de los varones de la familia Díaz para ponerse de
los nervios ante cualquier contratiempo de importancia leve.
Me levanté a las seis de la mañana para hacer un plano al
amanecer desde lejos. Ya tenía un sitio visto pero no me acababa de convencer. Me
fije en un parking al acercarme, tenía dos pisos y pensé que a lo mejor desde
el segundo tenía mejor tiro de cámara. Hacía bastante frío y yo iba encogido,
con la cámara metida en el chaleco polar. Enseguida vi al guardia y me acerqué
para pedirle permiso. Fui a sacar la cámara para hacerme entender y casi hago
la cagada más grande de mi vida, porque el otro se llevó la mano a la pistola y
tuve que ponerme a gritar ¡cámara! ¡cámara! Al darme cuenta de lo que pensaba
el otro. Luego se reía y me llamaba pelotudo en brasileño. En ningún momento
pensé que se pudiera sentir amenazado. Eso es lo que echo de menos de Europa.
Una vez que asumí que no lo podía hacer mejor deje de sufrir
con mi equipo de grabación.
Y cuando acabamos, nos cruzamos a Argentina. El único sitio
donde entregamos pasaporte y registraron la entrada de la furgo.
Y bueno Nacho, paciencia, como vos decís, nada de "agonías"; debe ser porque tu visita a Brasil coincidió con la visita del Papa (argentino por cierto, jajaja) y la seguridad está un poco exaltada.
ResponderEliminarNorma estuvo recientemente en Ciudad del Este y me contó lo mismo (espero que me lo haya contado TODO, jajaja)
Me interesa ahora saber en que punto estás de la Argentina y cuales son tus planes.
Un abrazo y el afecto de siempre. Joaco Horacio
Ah, Norma me agrega, podías haberte comprado una nueva video en Ciudad del Este, paraíso del mercado negro
ResponderEliminarHola Joaco, estuve tentado de comprar una, pero no salia tan barata.
ResponderEliminarAhora estamos en Jardin America, misiones. Vamos hacia Posadas para voler a entrar en Paraguay y desde alli a Bolivia, o eso pretendemos.
Muchos besos para los dos.